La mujer no está programada -por la naturaleza- para tener relaciones óptimas y felices a largo plazo.
Su proceso de "enamoramiento" (encoñamiento) se produce de forma súbita. Si viviéramos en un mundo más salvaje y menos artificial que esta sociedad moderna, ese sería el momento en que ella se abre de piernas a hombre y se queda embarazada de él; de modo que posteriormente debe formar un núcleo familiar para garantizar su supervivencia y la de su prole.
Los actuales métodos anticonceptivos junto con el empoderamiento femenino, en el que éstas suelen prorrogar su maternidad hasta bien entrados los 40 años (lo cual está demostrado que incrementa la probabilidad de padecer cáncer de mama), y su ego incapaz de ser satisfecho, provoca que ese corto período de encoñamiento de la mujer (debido a sus hormonas) tenga fecha de caducidad. A partir de ahí se inicia el siguiente proceso natural: la autodestrucción de la relación, su sabotaje por parte de la mujer. Pues siente que el hombre con el que está no es aptos para satisfacerla, proveerla, protegerla...
Una mujer que, tras llevar dos o tres años de relación con un hombre y no tienen hijos (aunque sea porque ella conscientemente no lo quiera), a nivel subconsciente lo que siente es que está con un "mal macho", con un castrado.
Básicamente las mujeres tienen la imperiosa necesidad de betaizar a todos los machos. Esto es; ellas desean un Alfa, pero una vez lo consiguen necesitan convertirlo en un Beta (para que les provea, las proteja, trabaje para ellas, etc.)... y ahí radica el problema: si el Alfa se deja convertir en Beta por parte de su mujer, éste enseguida pierde su cualidad de Alfa, y ya no atrae a la hembra (por lo que esta lo abandonará, le faltará el respeto, le será infiel, etc.), y si el Alfa sigue manteniéndose alfa, entonces abandonará a la hembra y la dejará indefensa. Por eso la mujer tiene la necesidad de "betaizar" a los machos con los que está, con el fin de que se conviertan en proveedores y les aporten seguridad.
El problema es que una vez la hembra ha alcanzado el proceso de betaización de su macho, llega la frustración de ésta. Pues la mujer (a diferencia del hombre) no valora lo que tiene, no aprecia lo que su hombre es o fue; todo lo que él hizo por ella en el pasado: lo que valora es lo que éste puede llegar a ser para ella según sus necesidades, generalmente caprichosas, infinitas y siempre cambiantes.
Por ese motivo da igual si eres un hombre de éxito, trabajador, adinerado y te casas con el amor de tu vida... Si dentro de un año te quedas en la ruina y tienes que trabajar limpiando inodoros en un McDonald´s, el amor de tu vida se irá. Da igual todo lo que hicieras por ella en el pasado, todo lo que hayas sacrificado por ella, todo lo que la hayas amado incondicionalmente, o lo buen hombre y esposo que fuiste.
Esto se debe a que, biológicamente, la mujer está programada para mirar ante todo por su supervivencia y nada más. No está diseñada para buscar la supervivencia y el bienestar de su macho (pues eso implicaría que dicho macho "es inferior" y por tanto... ¿para qué iba a querer una hembra animal juntarse con un macho inferior, que no es capaz de protegerla ni proveerla, y además es una carga para ella?).
Esto también se puede comprobar cuando una mujer se divorcia o se queda viuda: al poco tiempo ya está empezando desde la nada una relación seria con otro hombre, cohabitando con él, incluso dándole hijos. Ya puedes llevar una relación de veinte años con una mujer, desde que erais adolescentes: un buen día ella se deshace de ti con una frialdad pasmosa, y al cabo de un mes la vemos empezando una relación con otro hombre; y la vemos "enamoradísima" de su nuevo fichaje (al igual que antes lo estuvo de nosotros en un principio), la vemos morreándose con él en fotos de Facebook, se van de viaje, planean boda, hijos, etc. Y nosotros, con nuestra mente racional masculina, no lo comprendemos y llega la frustración.
Dicha necesidad instintiva de buscar únicamente su supervivencia (con la necesidad de betaizar a los machos) se vuelve un enfermizo complejo psicológico. Porque la mujer, al ser inmadura (racionalmente), pues su cerebro está estructurado con el propósito de tener mayor capacidad sentimental que racional, se deja llevar por sus deseos, caprichos, antojos, pareceres... en definitiva: EGO. Por este motivo la mujer no puede amar a un hombre por lo que este es (es decir, por su calidad), sino por lo que este le aporta a ella o le puede aportar. Y en el momento en que tal aportación varía o desaparece (o bien porque ella ya tiene otras necesidades), la mujer ya no valorará a esa persona.
A la mujer hay que contemplarla como un pozo sin fondo que busca llenarse continuamente de cosas, todo lo traga, succiona, pero nunca está lleno, nunca está satisfecho. Y cuanto más intentes llenarlo más te exigirá. Su hambre jamás podrá ser saciada.
Por eso incluso "matrimonios felices" de muchos años, cuando llevan treinta o cuarenta años casados, el hombre está hasta los cojones de su mujer, y ésta, progresivamente, le empieza a perder el respeto. Pero el hombre ya está muy cansado como para mandarla a tomar por culo y buscarse otra hembra; por eso muchos hombres en edad madura prefieren quedarse aguantando a su mujer.
Por tanto, la mujer desea un macho Alfa (follador nato, viril, malote, agresivo, fuerte, valiente, que le hace mojar bragas...) pero resulta que los Alfa no se quedan con una hembra permanentemente y se asientan, porque hacer eso implicaría perder su condición de Alfa.
Los Alfa fecundan a las hembras y luego los Beta las mantienen a ellas y a los hijos de los Alfa (por cierto, hace falta ser gilipollas para mantener a los hijos de otro hombre). En este contexto entra el factor cultural con la monogamia , ya que este modelo de relación, aunque sea artificial y creado por la civilización, es de fundamental necesidad (obedece al orden natural), ya que de no ser así se instaura el caos y pondría en peligro la supervivencia de la especie.
Pero la monogamia es un problema para la mujer; porque ella desea follar con un macho alfa, se siente atraída sólo por ellos. Pero una vez ha cazado a uno y va a tener hijos con él, necesita imperiosamente a un beta proveedor, que le saque las castañas del fuego y la ayude, no un canalla que la dejará tirada y se irá por ahí a follarse a otras. Por eso necesita a toda costa un Beta, es decir, un hombre bondadoso, pacífico, fiel, responsable, trabajador, servicial... Pero como es inmadura e incapaz de apreciar a los hombres por cómo son como personas, su vagina no siente atracción por el beta, los ve aburridos, no le aportan esa montaña rusa emocional que tanto le da el malote, e instintivamente no los considera "buenos machos". Es por esto que en esa fase ella inicia el proceso de domesticación-betaización de su macho (porque la naturaleza entiende que la hembra siempre buscará como prioridad juntarse con un Alfa; y en cualquier caso, necesitará un Beta proveedor planchabragas y cargabolsos después).
De ahí se genera el complejo de frustración y un conflicto entre su parte instintiva-emotiva y la racional. Ella racionalmente sabe que necesita un Beta, pero es que los betas no le atraen, no se siente a salvo con ellos. Instintivamente le atraen los Alfas y quiere uno. Pero los Alfas no se quedan con ella a mantenerla, a pintarles la pared y arreglarles el grifo averiado de la cocina. Así que se busca un macho (lo más Alfa que pueda) e inicia su betaización. Y una vez dicho macho ha sido transformado en un Beta, lo desprecia porque no le gustan los Betas... y se busca otro Alfa que le proporcione sexo y protección (tiene una aventura con el ciclado monitor de su gimnasio; deja a su esposo para irse con su jefe; se lía con el macarra del barrio, etc.).
La mujer tiene estos defectos de fábrica; defectos bajo el escrutinio de nuestra mente masculina racional. Pero desde el punto de vista de la naturaleza obedecen a una serie de cuestiones necesarias para garantizar la supervivencia de la especie humana, al menos en sus estados más primitivos. El problema sea, quizás,que la mujer (por su ego, su falta de raciocinio) no "evoluciona" y no deja a un lado su "primitivismo".
Fuente: Joan Prim i Prats
Tinder es como el wallapop de las relaciones personales, donde la gente pone precios desorbitados por las mierdas que tiene en casa y que no valen ni para tomar por culo.
sábado, 19 de diciembre de 2020
Los defectos de las mujeres
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