Me encantan los hilos de experiencias y me gustaría que se nos hiciera más llevadero el lunes aquí en el foro de veteranos.
También hay otra cosa que me encanta y es que me pidan tema. Hay veces en las que una mujer me lo pide de tal manera que no lo olvido nunca. La primera de ellas fue la que entonces era la chica que me gustaba desde hace meses y ella lo sabía. Nos vimos una tarde en el sitio donde quedaba nuestra pandilla pero aquel día estábamos los dos solos. Me habló, me contó que había dejado a su novio y se puso a llorar, algo que me pareció muy raro pues tenía un carácter muy fuerte. Me dijo:
“¿Me guardarás el secreto?”
Le contesté que sí, por supuesto. Acto seguido me dijo que ese día estaba destrozada, pero me pidió que a la mañana siguiente la esperara temprano en mi casa. Vino y de mi casa nos fuimos a la suya. Su cara había cambiado por completo. Ni rastro de las lágrimas, ya lo que hacía era sonreír con picardía mientras me echaba encima de ella y le quitaba la ropa.
La segunda que es un recuerdo imborrable fue la que entonces era mi mejor amiga y me invitaba a su casa con frecuencia. Yo estaba sentado en su sofá, y ella, tras haberse ido un instante, aparece frente a mí en lencería y me dice:
“Hazme sitio que me voy a sentar.”
Era una frase sin sentido pues yo estaba en el lado derecho del sofá, y el izquierdo estaba entero para ella. Pero la entendí: lo que quería era sentarse encima de mí. De hecho cuando empecé a meterle mano por todo el cuerpo, siguió haciéndose la tonta, diciéndome cosas como “¡oye, eres un salido!”
Se me sigue poniendo el vello de punta y me dan hormigueos por el cuerpo cuando recuerdo a estas amigas que tuve.
Otra más reciente fue una chica que conocí en una discoteca. Iba acompañada de un niño casi adolescente. Después de presentarnos me dijo que tenía que acompañar a su amigo a su casa. Yo, que entonces estaba muy metido en el mundillo del fútbol, le dije la frase que suele decirle el reportero a un jugador del equipo que acaba de perder el partido: “No ha podido ser”, mientras me encojo de hombros. La respuesta de ella: estamparme un beso en la boca. Me hizo un gesto indicándome que esperara, diciéndome que volvía en seguida, y sí, volvió. De esa manera se aseguró de que yo no me escaparía, aunque no tenía la más mínima intención. Pasé una muy buena noche.
Me han pasado otras muchas cosas, también de veces que no lo pillé, que me dejaron helado o de veces que han intentado ligar conmigo teniendo yo novia. Como a vosotros, seguramente.
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Un amigo mío de hace años con poca habilidad social, cuando conocía alguna tía le decía con su acento gallego: Oye, tú yo... igual follamos Chupá 15, follá 20. Para la mayoría, "son 30€" En todo caso, en el increíble y absurdo segundo caso, si la tipa me dice "salido", le hubiera dicho "que te folle un pez, subnormal" y hubiera cogido las de Villadiego. Una que nunca falla es: " para el calor que hace en este local y lo gordita que estás, hay que ver lo poco que sudas." No follas ni patrás, y estate atento que pueden venir bofetadas.
Fuente: Mr. Pwnage
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